Granola y yo nos estacionamos frente al café y notamos que adentro, un hombre se despojaba de su gabardina y comenzaba a hacerle un striptease a la barista. Ella parecía encantada. Dudamos en bajarnos, esperamos, terminó el acto, bajó un poco la lluvia y nos decidimos a entrar. Ellos comenzaron a reír conscientes de que los habíamos visto. Él se disculpo diciendo que había olvidado su cartera, que salió por un café y con la prisa de la lluvia y que bueno... Ella sonrió y dijo: luego no me paga. Reimos y pedimos nuestras bebidas. Él empezó a decirnos a todos que había leído un cuento de un autor local en el que un turista Alemán, más bien gordito, quiso entrar con sus amigos americanos a un strip show para mujeres porque quería bailarles a las señoritas mexicanas y en su borrachera pensaba que sería divertido. El alemán le decía a sus amigos, van a ver soy realmente bueno, haremos dinero, solo acompáñenme. Al parecer el cuento terminaba con el alemán sacado del stripclub en una camilla, boca abajo, porque había sido atacado por varias mujeres, las cuales le habían mordido las nalgas, primero como juego pero en cuestión de segundos la agresión había escalado al grado del canibalismo. tomamos nuestras bebidas, sonreímos y nos fuimos.
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