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Estoy sin casa. Soy HOMELESS.

Me despierto en lugares distintos, me baño en regaderas ajenas, uso el shampoo que esté a la mano.

Lo veo como un experimento personal-antropo-psicológico o tal vez como un juego y al final siempre me siento como en casa o como en Marte.

Estaré así durante el laboratorio fronterizo de escritores, me quedan 3 semanas más.

Pasan cosas extrañas, sobretodo mientras duermo, creo que estoy soñando más de lo normal pero no recuerdo ningún sueño, me despierto constantemente y los ruidos siempre me dejan pequeños ecos. Por las mañanas me despierto confundido, luego la confusión pasa por un periodo de desfase de tiempo. (creo que me he preguntado hasta en qué año estoy viviendo)

Camino por los cuartos reconociendo los espacios, imaginándoles un pasado y la verdadera funcionalidad de cada articulo, los nombres y la función de cada nombre/palabra en relación con cada objeto. No se siente tan mal no tener casa pero claro que poco a poco me endeudo. Favores así se tienen que pagar eventualmente y es por eso que se joroba uno: el peso de los favores que se deben. Yo creo que de quedarme homeless de neta me volvería loco en tiempo récord. Muchas cosas han perdido un sentido primario pero el secundario las sostiene y las enriquece.

Por ejemplo:

La toalla de baño, la superficie que se habita durante el sueño (llámese cama, tapete, sofá, piso) las tazas, los baños son lo que más me impacta, el concepto de tiempo, de propiedad y así podría en verdad nombrarlo todo.

Mi próximo experimento es caminar por la ciudad toda una noche. No entrar en ningún lugar, simplemente caminar y pensar a ver que pasa, esto lo haré la noche que me quede sin lugar donde quedarme.


Cuando regrese a mi casita limpiaré las ventanas y el tragaluz.

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