Son las 10 am, sábado por la mañana, no trabajo, no tengo que estudiar. Escribo.
¿A estas horas, María tendría contracciones. Se le habrá roto la fuente para las diez de la mañana?
Mi lista de regalos son: Vale por un regalo el día de año nuevo. (Asi aprovecho las ventas posnavideñas)
Tengo que admitir que navidad no es mi fecha favorita, mi fecha favorita podría ser mi cumpleaños pero creo que es año nuevo.
Cuando estaba chico, huuyyyy allá por los años en que He-Man en su estado pacifista no me parecía gay, en los años en que el juego de Nintendo Contra no tenía ninguna connotación intervencionista, (reto: pasarlo primero con las treinta vidas que te daba la clave secreta: up up down down left right left right b a select star, después con las 3 vidas que te daba y 3 continues, luego sin continues y luego con una sola vida, yes it was my favorite game, de ahí, y de algunas canciones fue que terminé de latinoamericanista) vuelvo al tema, en esos días de infancia tormentosa por gordito, (awuevo cómo no iba a estar gordito si me la pasaba jugando contra) platicando con Lupita (la frutilupis) una compañera de primaria, (queriéndola apantallar claro, shit, i hadn’t kiss by 10, i neaded action, not just animated action) le dije que en un futuro el 6 de octubre (my b-day) sería renombrado como navidad:
Sí, el inicio de la era Omariana
Osea que estamos viviendo el año 27 después de Omar, en ese entonces seria el año 10 claro. Pero para esto tenían que pasar 500 años para que mi cumple se tomara como fecha navideña.
Le dije que mi generación sería la que pelearía la guerra, la gran guerra, (en el 89, el 2000 era el fin, el inicio de la gran guerra y nosotros, los hijos de los nucleares, la pelearíamos) y de ahí saldríamos triunfadores los que supiéramos manejar los dedos más rápido (malpensados out there, me refería al control de nintendo) sobreviviríamos y entonces yo me convertiría en lider y así, eventualmente cambiaria la era. El futuro, claro estaba, era feo pero sería bueno, lleno de acción, sobretodo para mi: overweight egotistic little freak que ya tenía una libretita con poemas creo que menos cursis.
Pero bueno eso fue hace mucho, el dos mil lo recibí a la mitad de el puente que cruza el rio Tijuana, crecido por las lluvias del niño, atorado en el tráfico y la verdad que muy triste, las gotas cayendo sobre el capacete del carro eran las únicas que gritaban: ¡feliz año nuevo!
Ya no juego nintendo.
Ya me sé bien la historia de los contras y sí, sí parecían tener 30 vidas debido a claves secretas.
Lupita tiene 3 hijos, sigue igual de linda. Me la encuentro a veces en la línea, por las mañanas, seguro camino a su trabajo.
Me pregunto si se acuerda de mi futuro.
Me pregunto que les regalará a sus hijos. (¿un vale por un regalo?)
Son las 10 y media, chale, creo que mejor me pongo a leer algo.
¿A estas horas, María tendría contracciones. Se le habrá roto la fuente para las diez de la mañana?
Mi lista de regalos son: Vale por un regalo el día de año nuevo. (Asi aprovecho las ventas posnavideñas)
Tengo que admitir que navidad no es mi fecha favorita, mi fecha favorita podría ser mi cumpleaños pero creo que es año nuevo.
Cuando estaba chico, huuyyyy allá por los años en que He-Man en su estado pacifista no me parecía gay, en los años en que el juego de Nintendo Contra no tenía ninguna connotación intervencionista, (reto: pasarlo primero con las treinta vidas que te daba la clave secreta: up up down down left right left right b a select star, después con las 3 vidas que te daba y 3 continues, luego sin continues y luego con una sola vida, yes it was my favorite game, de ahí, y de algunas canciones fue que terminé de latinoamericanista) vuelvo al tema, en esos días de infancia tormentosa por gordito, (awuevo cómo no iba a estar gordito si me la pasaba jugando contra) platicando con Lupita (la frutilupis) una compañera de primaria, (queriéndola apantallar claro, shit, i hadn’t kiss by 10, i neaded action, not just animated action) le dije que en un futuro el 6 de octubre (my b-day) sería renombrado como navidad:
Sí, el inicio de la era Omariana
Osea que estamos viviendo el año 27 después de Omar, en ese entonces seria el año 10 claro. Pero para esto tenían que pasar 500 años para que mi cumple se tomara como fecha navideña.
Le dije que mi generación sería la que pelearía la guerra, la gran guerra, (en el 89, el 2000 era el fin, el inicio de la gran guerra y nosotros, los hijos de los nucleares, la pelearíamos) y de ahí saldríamos triunfadores los que supiéramos manejar los dedos más rápido (malpensados out there, me refería al control de nintendo) sobreviviríamos y entonces yo me convertiría en lider y así, eventualmente cambiaria la era. El futuro, claro estaba, era feo pero sería bueno, lleno de acción, sobretodo para mi: overweight egotistic little freak que ya tenía una libretita con poemas creo que menos cursis.
Pero bueno eso fue hace mucho, el dos mil lo recibí a la mitad de el puente que cruza el rio Tijuana, crecido por las lluvias del niño, atorado en el tráfico y la verdad que muy triste, las gotas cayendo sobre el capacete del carro eran las únicas que gritaban: ¡feliz año nuevo!
Ya no juego nintendo.
Ya me sé bien la historia de los contras y sí, sí parecían tener 30 vidas debido a claves secretas.
Lupita tiene 3 hijos, sigue igual de linda. Me la encuentro a veces en la línea, por las mañanas, seguro camino a su trabajo.
Me pregunto si se acuerda de mi futuro.
Me pregunto que les regalará a sus hijos. (¿un vale por un regalo?)
Son las 10 y media, chale, creo que mejor me pongo a leer algo.
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