cuando te ríes y después ya no
cuando se te calma el pecho y tu cabellera ya no se mece
cuando tu sonrisa -de olas-
deja solamente arena mojada
entonces sé que valió la pena dejar de escribir
interrumpirte
para contar algo que te lleve ahí: justo después de la risa
en donde leo más,
de donde escribo menos,
esa mueca vieja que no cambiará nunca,
aunque cambies o te vea diferente.
Aunque mudemos.
Ahí, después de la risa, como en un asilo.
cuando se te calma el pecho y tu cabellera ya no se mece
cuando tu sonrisa -de olas-
deja solamente arena mojada
entonces sé que valió la pena dejar de escribir
interrumpirte
para contar algo que te lleve ahí: justo después de la risa
en donde leo más,
de donde escribo menos,
esa mueca vieja que no cambiará nunca,
aunque cambies o te vea diferente.
Aunque mudemos.
Ahí, después de la risa, como en un asilo.
Comentarios