El por que no he escrito (melosamente) ni posteado mi imagen diaria desde el jueves
Porque no había luz en la casa
Pero aquí están los detalles.
El jueves por la mañana hubo un corto eléctrico en la casa. Se fue la luz. Don Marcos ya no ve mucho por lo tanto no se dio cuenta del problema hasta que quiso prender la tele. Aunque las luces estén prendidas Don Marcos dice: prendan las luces.
Hoy por la mañana, el electricista me preguntó hacia donde iban los cables de esa línea, una que se pierde en la pared del cuarto trasero, un cuarto que antes, muchos años antes, fue algo como un patio trasero, ahora es un cuarto. Algo que ver con las construcciones en las ciudades de paso: no se sabe nunca si esta (la casa en construcción) será la casa de toda la vida. Por lo tanto dos cuartos, baño, sala y cocina son suficientes. Después se le adhiere otro cuarto, luego otro porque la niña no puede estar con los niños, después otro baño, después otro piso o una tiendita afuera para vender papitas y sodas o un taller de herrería y al final tenemos por casa un pastel de quinceañera o un laberinto. Mi casa es un poco ambas cosas.
La línea en efecto iba hacia el cuarto trasero, pero no a la luz actual de ese cuarto, si no a una toma olvidada donde alguna vez se conectó una lavadora junto a unos tendederos donde me colgaba de niño, pegada a un carrito (seguramente robado) de lavandería, en el cual me paseaba, encerrado todo esto entre paredes con murales de personajes de disneylandia pintados por el hermano mayor, el que ahora es artista.
Doña Sara antes, pero mucho antes, de que su casa fuera un laberinto lavaba y tendía al sol la ropa de sus hijos, las sabanas de su cama. Ahí en su propio laberinto de paredes de tela húmeda.
El electricista me preguntó de nuevo hacia donde iban los cables de esa línea que se perdían en la pared del cuarto trasero. Estuve tentado en responderle que al pasado. Pero estoy en un periodo de contención en mis desplantes de sentimentalismos, un ejercicio que tengo que continuar si no perderé los pocos lector que me quedan, (nada mas imagínense todo lo que me contengo) Solamente le dije: pruebe la línea, creo que ya no tienen función, si no la tienen córtelos. (creo que fue un primer paso exitoso)
Porque no había luz en la casa
Pero aquí están los detalles.
El jueves por la mañana hubo un corto eléctrico en la casa. Se fue la luz. Don Marcos ya no ve mucho por lo tanto no se dio cuenta del problema hasta que quiso prender la tele. Aunque las luces estén prendidas Don Marcos dice: prendan las luces.
Hoy por la mañana, el electricista me preguntó hacia donde iban los cables de esa línea, una que se pierde en la pared del cuarto trasero, un cuarto que antes, muchos años antes, fue algo como un patio trasero, ahora es un cuarto. Algo que ver con las construcciones en las ciudades de paso: no se sabe nunca si esta (la casa en construcción) será la casa de toda la vida. Por lo tanto dos cuartos, baño, sala y cocina son suficientes. Después se le adhiere otro cuarto, luego otro porque la niña no puede estar con los niños, después otro baño, después otro piso o una tiendita afuera para vender papitas y sodas o un taller de herrería y al final tenemos por casa un pastel de quinceañera o un laberinto. Mi casa es un poco ambas cosas.
La línea en efecto iba hacia el cuarto trasero, pero no a la luz actual de ese cuarto, si no a una toma olvidada donde alguna vez se conectó una lavadora junto a unos tendederos donde me colgaba de niño, pegada a un carrito (seguramente robado) de lavandería, en el cual me paseaba, encerrado todo esto entre paredes con murales de personajes de disneylandia pintados por el hermano mayor, el que ahora es artista.
Doña Sara antes, pero mucho antes, de que su casa fuera un laberinto lavaba y tendía al sol la ropa de sus hijos, las sabanas de su cama. Ahí en su propio laberinto de paredes de tela húmeda.
El electricista me preguntó de nuevo hacia donde iban los cables de esa línea que se perdían en la pared del cuarto trasero. Estuve tentado en responderle que al pasado. Pero estoy en un periodo de contención en mis desplantes de sentimentalismos, un ejercicio que tengo que continuar si no perderé los pocos lector que me quedan, (nada mas imagínense todo lo que me contengo) Solamente le dije: pruebe la línea, creo que ya no tienen función, si no la tienen córtelos. (creo que fue un primer paso exitoso)
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