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Me gustaría tomarle una foto al ojo de un pez con un lente fish eye, pero seguramente alguien lo ha hecho ya, también a una mosca a través de un caleidoscopio. Te digo recargando mi cabeza sobre tus piernas. Sostienes mi nuca con tu mano como si no quisieras que se le saliera nada. Pienso que no tienes de que preocuparte y sonrió; mi cráneo es frágil pero terco.
Son pocas las ocasiones en que puedo verte desde este ángulo. Me ves con esos ojos que reprueban mi escrutinio visual; conozco el reproche de memoria: ahí vas de nuevo a buscar... te veo desde aquí y sonríes, metes tus dedos entre mi pelo y cierro los ojos; de esta cámara oscura no se escapa nada.

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