Chia está mala. (“está mala” que forma tan fea de decir que una persona está enferma, pero awuevo, así se dice, así me lo dijeron hoy por la mañana “esta mala”. Seguro son todos esos libros que he estado leyendo, me ponen “crítico con el lenguaje”. No se preocupen nomás dura como media hora)
Pos si, Chia parece que se nos va muy pronto. (“se nos va” otro termino mamón. Se va a morir. ¿Por qué tenemos que atar las vidas ajenas a nuestras muñecas como si fueran globos con helio y este mundo fuera la feria? ¿No es suficiente con la lloradera; del o la
niñ@ sin globo y de los familiares y amigos?)
Chia no es mi familiar, es mi vecina. Doña Chia para toda la cuadra y el mundo. Auque yo creo que he comido mas veces en su casa que en la casa de ninguna tía. Debatible.
El refrigerador de doña chia, aun residiendo en la calle 10 de la colonia libertad siempre me pareció que, este aparato de dos puertas y productor de hielitos, se había equivocado de casa. Algo así como esos vecinos gringos que a veces se vienen a vivir a tijuas. Siempre tenia, por lo menos, 3 cajas de cereal sobre él, ahí donde no lo podía alcanzar, 2 galones de leche, de taponcito de color, no naranja como el jersey, azul, rojo. Individually wrappet cheese slices (que por cierto Arnold N., el batillo que salió con esa gran idea de empaquetarlos uno por uno, “se nos fue” el año pasado. Un minuto de silencio mientras desenvolvemos uno) pepinos en escabeche, que awuevo que me decían mis vecinas, hijas de doña chia, se dice “picols”, carne envueltas en un papel blanco parecido a la cartulina y mejor no entro más en detalle que no cené nada.
Omar! Me gritaba mi jefa para que fuera a comer caldo.
Y pues ustedes qué creen. Caldo
V/S
comida gringa
De la Hoya
V/S
Mosley
Not even as close as that great fight.
Esperaba que me gritara tres cuatro veces, las suficientes para llenar mis bolsas de quesitos y para que no resultara en una castigada.
¡No vuelves a ir con Chia! Me decía mi jefa a cada rato, y era como si me quitaran la visa.
Mi madre, obviamente no le decía doña Chia. Mi jefa era mucho más grande que ella. chale, Chia ha de tener apenas unos 58, 59.
Entre mas envejezco mas cortita está la vida. (eso es un pensamiento profundamente cierto y matematicamente lógico, pero no se, aparte de lo pendejo que está el comentario en el momento me pareció revelador asi que lo comparto)
Chia se nos va. Y escribo esto con un humor un poco raro porque sé que estaré chillando como cuando de neta no me dejaban ir a comer a su casa y jugar con sus hijas (no piensen mal yo era en niño aburrido con la liga en cuarta y una rebanada de queso en las manos)
Se que de ahí sigue otro y otro vecino hasta que le toque a mi casa poner el agua a calentar para el café del novenario.
Pos si, Chia parece que se nos va muy pronto. (“se nos va” otro termino mamón. Se va a morir. ¿Por qué tenemos que atar las vidas ajenas a nuestras muñecas como si fueran globos con helio y este mundo fuera la feria? ¿No es suficiente con la lloradera; del o la
niñ@ sin globo y de los familiares y amigos?)
Chia no es mi familiar, es mi vecina. Doña Chia para toda la cuadra y el mundo. Auque yo creo que he comido mas veces en su casa que en la casa de ninguna tía. Debatible.
El refrigerador de doña chia, aun residiendo en la calle 10 de la colonia libertad siempre me pareció que, este aparato de dos puertas y productor de hielitos, se había equivocado de casa. Algo así como esos vecinos gringos que a veces se vienen a vivir a tijuas. Siempre tenia, por lo menos, 3 cajas de cereal sobre él, ahí donde no lo podía alcanzar, 2 galones de leche, de taponcito de color, no naranja como el jersey, azul, rojo. Individually wrappet cheese slices (que por cierto Arnold N., el batillo que salió con esa gran idea de empaquetarlos uno por uno, “se nos fue” el año pasado. Un minuto de silencio mientras desenvolvemos uno) pepinos en escabeche, que awuevo que me decían mis vecinas, hijas de doña chia, se dice “picols”, carne envueltas en un papel blanco parecido a la cartulina y mejor no entro más en detalle que no cené nada.
Omar! Me gritaba mi jefa para que fuera a comer caldo.
Y pues ustedes qué creen. Caldo
V/S
comida gringa
De la Hoya
V/S
Mosley
Not even as close as that great fight.
Esperaba que me gritara tres cuatro veces, las suficientes para llenar mis bolsas de quesitos y para que no resultara en una castigada.
¡No vuelves a ir con Chia! Me decía mi jefa a cada rato, y era como si me quitaran la visa.
Mi madre, obviamente no le decía doña Chia. Mi jefa era mucho más grande que ella. chale, Chia ha de tener apenas unos 58, 59.
Entre mas envejezco mas cortita está la vida. (eso es un pensamiento profundamente cierto y matematicamente lógico, pero no se, aparte de lo pendejo que está el comentario en el momento me pareció revelador asi que lo comparto)
Chia se nos va. Y escribo esto con un humor un poco raro porque sé que estaré chillando como cuando de neta no me dejaban ir a comer a su casa y jugar con sus hijas (no piensen mal yo era en niño aburrido con la liga en cuarta y una rebanada de queso en las manos)
Se que de ahí sigue otro y otro vecino hasta que le toque a mi casa poner el agua a calentar para el café del novenario.
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