Es
domingo. Seguramente ustedes ya lo saben. Leo. Había perdido la costumbre de
leer en domingo. Durante la licenciatura el domingo era el día de leer, creo
que era porque odio los domingos y hay pocas formas tan efectivas de escapismo.
Durante la maestría los domingos era más bien de cruda y descanso. No había
tanta lectura, tal vez edición o escribir pero leer no tanto. Los dos años
pasados en los que circulé la vida real, con un trabajo de maestro de arte y
otras ocupaciones el domingo se convirtió en día familiar de televisión y
crudas y pasear a beca, tal vez una visita a algunos amigos o simplemente ver cómo se mueve el
sol en la pared salmón de la casa del vecino. Tengo 3 semanas en el doctorado. La lectura vuelve a ser el
centro del domingo. El problema es que la cruda, la necesidad de descanso, la
familia, la televisión y los amigos siguen ahí. Cuando alguien me dijo que
regresar a la escuela después de dos años o más de no estudiar no era tan fácil
pensé que exageraba pero no, la comodidad es un vicio de los que dan fiebre
cuando los dejas. Prometo estar más activo en este blog,
por lo menos los domingos.
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