Este pasado fin de semana. El viernes inició algo mal. Beca amaneció bastante mala, no podía caminar por debilidad y terminó en el veterinario. Por la tarde-noche tenía lectura a dos voces con John Pluecker. la lectura se llevó acabo en el museo de arte de San Diego. Por mucho que quise pensar que era un lugar como cualquier otro, poco a poco se me empezó a subir el peso de la historia del arte. Pasé un rato viendo la obra y no tardé en ponerme nervioso. Sigo sin entender cómo es que la obra, muchas de ellas piezas que enseño en mi clase de art 100, tienen la capacidad de portar a su creador, por más que ellos intenten separarse terminan siendo ellos cologados de la pared. Creo que la lectura salió bien, en un momento realmente me pregunté si de estar ahí por ejemplo Bellotto, le gustaría la forma en la que retrato mi colonia y, por extensión, mi ciudad. La sensación era de que seguramente no, eso me relajó un poco. Me pregunté sobre la posibilidad d...