Hoy pedalié a las 4:30 am.
Salí de la casa, después de la reja, pedalié por 4 minutos y llegué a la frontera.
Ocupé mi espacio en la línea, alguien rompió el orden auditivo de las 4 y media de la madrugada. Un taxista uso su claxon con exceso, con un poco de exceso, nada fuera de lo normal a las 5pm pero eran las 4:30 am y no hacía frío, un suéter ligero, incluso gente en camiseta hacian la fila y la el clima era casi perfecto y el ambiente lo era también hasta que el taxista quiso. Al parecer todos somos intolerantes al ruido a las 4:30, no dormimos pero como si lo hiciéramos, la reacción fue unánime, el reclamo general de silencio. Nos había jodido la calma de noctambulos, de prenatales, de gente que sigue un paso tras el otro con ganas de poder recargar la frente en la espalda del de enfrente y así avanzar por medio del soporte, cuando el contacto se corte y te falte el soporte de la frente caminas para no perder la estructura de comunión y apoyo, para seguir esperando el sol o el cruce dependiendo de cual llegue primero. Al taxista casi lo linchas, porque además de desesperado era bastante contestón. Sin embargo logró escapar y nosotros logramos avanzar con nuestra calma de cobija y unas ganas truncadas de ver una pelea en pro de lacalma.
Crucé y pedalié otros 10 minutos y llegué a coco’s pedí un café. Me gustan los lugares que no cierran nunca, mucha gente se pregunta porqué tiene puertas si no cierran nunca y la respuesta es simple: a las 4am hace frio, hay días que llueve, hay días festivos, hay días en que hay gente indeseada a la que se le tiene que cerrar la puerta. De esta gente hay mucha podríamos incluso tener dos puertas y meter a gente de esta, que no es tan indeseada pero es difícil de tolerar, en un espacio intermedio entre el dentro y el fuera, una especie de incubadora donde puedan tomar su café a las 4:40 am. Digamos que podríamos tener a ese taxista ahí, con su prisa, ahí donde sus vociferantes demandas por sus alimentos no entorpeciera el sorbo de los que como yo apenas iniciamos el día y tal vez no de tan mala forma. Sería bueno llegar a un lugar y que se te dijera, por aquí, sígame, y te sentaran en ese lugar intermedio y recapacitaras e insistieras que no, que tiene que ser un error que en realidad estás de buen humor hoy pero es solo que traes mala cara por madrugar. Sería bueno recapacitar en ese espacio y pensar que no hay tal cosa como un lugar abierto siempre, un espacio eterno y no lo hay porque significaría el fin del tiempo como lo conocemos, porque sería en base a personalidad y actitud y por lo tanto relativo, antidemocrático e inhumano que se le segregara a uno por estas razones.
Llegó Granola por mi justo cuando salía el sol, ella había dormido un poco más pero arrastraba la cobija, éramos los únicos en Coco’s y el café no era tan malo, talvez tendría más clientela si no abriera nunca, si tuviera un horario de 8 a 5. Creo que de 2 am a 5 am es ese lugar entre las dos puertas de un café que no cierra nunca. Claro está que no puedo terminar este texto así, con esa idea tan definitiva.
Salí de la casa, después de la reja, pedalié por 4 minutos y llegué a la frontera.
Ocupé mi espacio en la línea, alguien rompió el orden auditivo de las 4 y media de la madrugada. Un taxista uso su claxon con exceso, con un poco de exceso, nada fuera de lo normal a las 5pm pero eran las 4:30 am y no hacía frío, un suéter ligero, incluso gente en camiseta hacian la fila y la el clima era casi perfecto y el ambiente lo era también hasta que el taxista quiso. Al parecer todos somos intolerantes al ruido a las 4:30, no dormimos pero como si lo hiciéramos, la reacción fue unánime, el reclamo general de silencio. Nos había jodido la calma de noctambulos, de prenatales, de gente que sigue un paso tras el otro con ganas de poder recargar la frente en la espalda del de enfrente y así avanzar por medio del soporte, cuando el contacto se corte y te falte el soporte de la frente caminas para no perder la estructura de comunión y apoyo, para seguir esperando el sol o el cruce dependiendo de cual llegue primero. Al taxista casi lo linchas, porque además de desesperado era bastante contestón. Sin embargo logró escapar y nosotros logramos avanzar con nuestra calma de cobija y unas ganas truncadas de ver una pelea en pro de lacalma.
Crucé y pedalié otros 10 minutos y llegué a coco’s pedí un café. Me gustan los lugares que no cierran nunca, mucha gente se pregunta porqué tiene puertas si no cierran nunca y la respuesta es simple: a las 4am hace frio, hay días que llueve, hay días festivos, hay días en que hay gente indeseada a la que se le tiene que cerrar la puerta. De esta gente hay mucha podríamos incluso tener dos puertas y meter a gente de esta, que no es tan indeseada pero es difícil de tolerar, en un espacio intermedio entre el dentro y el fuera, una especie de incubadora donde puedan tomar su café a las 4:40 am. Digamos que podríamos tener a ese taxista ahí, con su prisa, ahí donde sus vociferantes demandas por sus alimentos no entorpeciera el sorbo de los que como yo apenas iniciamos el día y tal vez no de tan mala forma. Sería bueno llegar a un lugar y que se te dijera, por aquí, sígame, y te sentaran en ese lugar intermedio y recapacitaras e insistieras que no, que tiene que ser un error que en realidad estás de buen humor hoy pero es solo que traes mala cara por madrugar. Sería bueno recapacitar en ese espacio y pensar que no hay tal cosa como un lugar abierto siempre, un espacio eterno y no lo hay porque significaría el fin del tiempo como lo conocemos, porque sería en base a personalidad y actitud y por lo tanto relativo, antidemocrático e inhumano que se le segregara a uno por estas razones.
Llegó Granola por mi justo cuando salía el sol, ella había dormido un poco más pero arrastraba la cobija, éramos los únicos en Coco’s y el café no era tan malo, talvez tendría más clientela si no abriera nunca, si tuviera un horario de 8 a 5. Creo que de 2 am a 5 am es ese lugar entre las dos puertas de un café que no cierra nunca. Claro está que no puedo terminar este texto así, con esa idea tan definitiva.
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