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comprar un sofá que se trague todas las monedas

Hincar frente a la tele nuestro confesionario moderno

Lo suficientemente largo para que quepa la desesperanza de pies a cabeza



Que sea de cualquier color pero de uno solo
Los estampados de flores me ponen tristes
Me recuerdan a mi madre un domingo recorriendo los pasillos de las teles la parisina

Prohibido subir los pies a todo aquel que no crean que ver la tele es algo sano

Nos urge también comprar un reclinable, que nos ponga en vertical con solo mover una palanca

Una lámpara de Aladino para poder leer por las noches los tres libros que más deseemos.

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