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Un niño llora en una esquina donde el eco al escucharse se desconoce
se encuentra viejo ante el espejo se lava la cara revisa sus ojos y su lengua

esquina de un cuarto donde se podría correr en círculos
con los brazos abiertos sin derribar nada
sentir la infancia haciendo raíces en cada paso
en cada nuevo paso romperlas

afuera del cuarto el otoño se hace pasar por nosotros
al entrar cuelga su abrigo tras la puerta
se sienta en la única silla para limpia con un pañuelo su zapato
escucha al pronostico del tiempo reclamarle llegar tarde violento

una hoja carcomida por la plaga resbala de mi nuca

el niño agarra su abrigo y sale de invierno

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