Leía, no recuerdo qué ni de quién, debería pero no lo recuerdo. Me enojó; hice un desplante parecido a escuchar el mismo reclamo repetidas veces y no aguantarlo. Lo leído era algo relacionado con el bolso de una mujer y su contenido, un listado de las cosas que se cargan consigo cuando se planea un dia entero fuera de casa. En el desplante miré al cielo como buscando respuesta, acosté el libro en mi pecho y exhalé. En el cielo, a lo lejos, mucho más allá de un par de cirros que parecían un ático mal pintado, flotaba un punto rojo. Un globo que seguramente segundos antes alguien tambien estaba viendo, que alguien extrañó por un segundo, o dijo ayy o pidió un deseo. La idea de que las cosas que se van al cielo tienen que llevar mensajes siempre me ha extrañado. Pedí escribir algo de calidad, casi casi como lo que me enojaba tanto leer y salió esto, ahorrense pedir deseos cuando vean un globo, la presion admosferica los hace trizas.
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