Texto para presumir una publicación. La otra noche, platicando con el Jofras llegué a la conclusión de que en el 78 no nacimos mucha gente, que fue un año malo para las parteras y que los meses del 77 y principios del 78 no fueron muy fecundos. Mis deducciones terminaron en la teoría gracias a que ni él ni yo, ambos del 78, conocemos a mucha gente de nuestro año. Yo por ejemplo recuerdo a unos cuantos y cada que conozco a alguien más que coincide me pongo muy feliz, como si fuéramos primos o hayamos sobrevivido una guerra, como si fuéramos un grupo de espermatozoides que se lograron ante todos los obstáculos, que llegaron a un óvulo increíblemente maternal decidido a protegernos o algo así, algo por el estilo. Hace unos días me enteré, leyendo la revista Biblioteca de México que puede ser posible, que en verdad no seamos muchos los setentayocheros. En las ultimas páginas en una antología de Alí Calderón titulada “la palabra es un tigre en el pastizal del ojo; la generación poética de l...