Closet de segunda guerra
El saco de inviernos pesados recuerda las arrugas una a una.
El vestido rosado casi blanco mantiene el olor de una espera por alguien en algún fuerte.
abajo quedaron las medallas que él no llevó y una medias de naylon; último grito en la moda estadounidense.
Para el fin de la guerra cuando él no volvió y ella encontró al que realmente quiso
(porque ninguna historia de guerra es perfecta y las vestimentas no cambian de parecer como uno)
el guarda ropa o wardrobe como juntos lo llamaban con estas dos piezas o attires,
permaneció en la vieja casa de Charlottesville Virginia.
Militando entre las filas de un baúl,
zurciendo trincheras,
almidonando vestidos rosas
cojiendo entre naftalina.