Recuerdas el color de la arena en días nublados: hollín y sedimentos, lengua de mar que la enturbia? Así, de ese color recuerdo tu pelo, antes, cuando jurabas que nunca te lo pintarías, que no había forma de aburrirte ni razón para cambiarlo.
Hoy que me dices: tenemos que hablar, siento una ola que me lame la espalda.
Hoy que me dices: tenemos que hablar, siento una ola que me lame la espalda.
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