...yo, sin querer, empezaba a verte en cuadros: 24 por segundo y poco a poco 20, 18, 14, 10, 8, hasta que eras una foto: niña perdida dentro de un saco de lana guinda bugambilia con botones tan grandes y cafes como tus ojos, mirando en la mesa fijamente algún recuerdo. En situaciones así: todos los recuerdos entristecen...
Vine a tecolotlán a acompañar a mi padre, un tal Marcos Ramirez. El se fue del pueblo un día que su madre le dijo que para él ya no había más tortillas, tenía 12 años. Yo vine a teco a impedir que comiera muchas tortillas (por el diabetes) pero le dejo que como un par, porque me da miedo que se me vaya, un par nomas. Los Zepeda. mañana posteo los recuerdos de los Zepeda.
Comentarios